Las indicaciones para los tratamientos psicológicos generalmente se clasifican de acuerdo con el diagnóstico del problema o por la queja actual.

Por ejemplo, los tratamientos psicológicos están indicados principalmente para neurosis (agudas y crónicas), trastornos de la personalidad, problemas sexuales, reacciones al estrés y crisis de la vida.

Los tratamientos psicológicos también pueden ser útiles en el tratamiento de trastornos psicosomáticos, reacciones psicológicas a enfermedades físicas, trastornos de hábito (como el abuso de sustancias o alcohol, trastornos de la alimentación, juegos de azar, etc.) y en los trastornos emocionales y de conducta de los niños.

Los tratamientos psicológicos también pueden contribuir al manejo general de las personas con discapacidades mentales y al tratamiento (durante la remisión) de la psicosis mental no orgánica.

Los factores para el buen resultado de cualquier tratamiento psicológico deben conocerse antes de participar en dicha terapia.

Tales factores son: la motivación, la capacidad de verbalizar los propios sentimientos, la capacidad de tolerar la frustración, la voluntad de examinar la propia experiencia en términos psicológicos y, finalmente, el deseo de cambiar.